Bajo el cielo

bajo el cielo de...

12 junio 2003

Dios me abraso, me derrito y me entumezco, no puedo moverme, me quebranto de espanto en cada silencio, y un zumbido continuo me agota, un zumbido caluroso endiablado, crucificando mis quehaceres y luchando por hacerse audible entre gritos de desánimo. Esta es mi vida, y en esto me he convertido todo lo que haya después de esto no serán más que mentiras para justificar, que quizá hubo algo más que una vaga esperanza que desánima toda ilusión, fútil, yerma, reemplazable, difusa y siempre diluída.

No puedo pensar y creer que fue real lo que no fue.