Madurar, pequeños pasos que damos hacía el precipio de la vida, una larga caminata para quizá solo unos segundos acelerando a toda velocidad. De vez en cuando no evito mirar hacía atrás, procuro evitar rozar con la yema de mis dedos mis huellas que aún están frescas en el barro del camino y cada día me propongo un pequeño paso más, mirando fíjamente al suelo, sin levantar la cabeza intentando evitar ver el final del camino, aunque quizá que más da ya.. si me estoy volviendo míope.
Bajo el cielo
bajo el cielo de...
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