Bajo el cielo

bajo el cielo de...

09 abril 2003

Hoy es un martes por la tarde, soleado caluroso como a veces pienso que me gustan, como trato con todas mis fuerzas que sea mi mundo, pero sigo pensando en todas aquellas cosas por las que luchaba por las que siempre he deseado vivir, por seguir tal y como yo había planeado, un reguero de rosas, que ahora cuando piso me espinan, me envuelven los pies y me amordazan me caigo al suelo, y mi mejilla sólo siente el frío de las baldosas, el frío de la desesperación y de la soledad, de la única cosa que me mantiene vivo y es simplemente la curiosidad de ver el mundo un poco más lejos que hoy.

Yo no quiero que las cosas cambien para los demás, nunca podré meterme en la vida de nadie, sabiendo que yo quizá ya no las controlo, hoy tal vez sienta que el mundo es irremediablemente más libre que nadie ni que nada, estoy solo.. no puedo pararlo, me cortan las cuerdas si intento tirar de ellas.. las cosas pasan tan deprisa que no sé a que atenerme…. Mis metas se vuelven difusas. Y con el calor se acentúan las líneas de una epopeya que me hubiera gustado vivir, de una palabra soñada que jamás me dijiste, de una vida inventada, que jamás quise vivir.

Hoy más que nunca me siento, y miro, y escucho como es la vida, tan fútil y rápida que apenas logro comprender que hago aquí y que es lo que busco más lejos del suelo que me vio nacer, algo tan artificial como la vida sólo podrá desembocar en algo tan natural como la muerte.